AL CALORCITO DE UN BRASERO Y CON UN CAFELITO EN LA MANO ESTABA UNA MUJER PENSANDO.....PENSANDO ....Y PENSANDO Y PEOR RECORDANDO RECORDANDO UNA INFANCIA ALLI EN SU PUEBLO DURA PERO MUY ALEGRE MUY MOVIDITA VIVIA EN UNA CALLE SIN ASFALTAR DE MUCHA ARENA Y CHINITOS SE CALLO MUCHAS VECES CUANDO ERA NIÑA ..POE ESO TIENE LAS RODILLAS LLENAS DE SEÑALES SON COMO TATUAJES DE SU INFANCIA.... DE SU INFANCIA RECUERDA CON CARIÑO A TODOS SUS HERMANOS A LOS QUE QUERIA CON LOCURA
A SU ABUELA QUE LA CUIDO Y LA ENSEÑO A REIR RECUERDA A SU PADRE QUE IBA A LA MAR Y NO ESTABA NUNCA EN CASA RECUERDA A SU MADRE SIEMPRE EMBARAZADA.. CON LA CABEZA CALIENTE BUSCANDO COMIDA PARA TANTOS HIJOS... RECUERDA TAMBIEN SU CASA PEQUEÑA DONDE DORMIAN TODOS SUS HERMANOS EN CAMAS CONTRAHECHAS DE CAJAS DE MADERA Y COLCHONES DE PAJA....QUE RECUERDOS LO MAS BONITO QUE RECUERDA ES EL CAFELITO TAN RICO QUE HACIA SU MADRE....EL TERMO DONDE LO ECHABA PARA QUE SIEMPRE ESTUVIERA CALENTITO ..LAS COPITAS DE LEÑA QUE HACIAN ENFRENTE DE LA CASA Y LUEGO LA LLEVABAN A CASITA PARA CALENTARLA EN FIN RECUERDOS
Ay, Mariuki!! Qué bonita fue esa infancia. Esos tatujes de las rodillas son la mejor prueba para volver a ellos con sólo tocarlos. Todo lo que entonces no teníamos no nos hacía falta ninguna, porque éramos felices dentro de nuestro mundo, sin tantos datos, de niños.
ResponderEliminarQué recordarán nuestros hijos mañana, habiendo tenido de todo, pero sufriendo el peor mal de nuestra era: la soledad. Ellos no sabrán nada del salir a jugar por todo el pueblo sin miedo ni del valor del cansancio por no haber parado de corretear toda la tarde. A veces, Mariuki, me siento culpable por no poderle dar a mi hija ese presente. Ay, las copitas de leña echas en el patio...